GUERRERO, ANDRES
El lobo chico no puede dormir, y mamá loba le dice que cuente ovejas. Una, dos, tres, cuatro, cinco... Nada. Uno, dos, tres, cuatro, cinco... No hay forma, y las ovejas están cada vez más y más cansadas. Pero ¿qué ùede hacer el lobo chico si solo sabe contar hasta cinco?